“Nosotros, como All Blacks, siempre nos ponemos bajo una inmensa presión, ya sea ganar, perder o empatar, y creo que siempre nos exigimos a nosotros mismos que salgamos y juguemos realmente bien”, dijo Whitelock, segunda línea de 32 años, según el Otago Daily Times.
Nueva Zelanda cayó por 25 a 15 ante Los Pumas el 14 de noviembre pasado, en la tercera fecha del Tres Naciones, y la prensa oceánica calificó ese revés como el más importante de la historia de los All Blacks, por lo inesperado y por las diferencias con el adversario.
“Hay un poco de presión en este momento, pero la realidad es que hay presión cada semana y tienes que aceptarla”, apuntó Whitelock de 2,03 metros y 114 kilos, campeón mundial en 2011 y 2015.
“No jugaremos el partido de manera diferente en cuanto a las expectativas, siempre habrá exigencias interna y externa para ganar” agregó el jugador de Crusaders, quien ganó la final del Super Rugby 2019 ante Jaguares.
Con dos semanas para superar el marcador en contra y dos derrotas consecutivas (Australia y Argentina) Whitelock cree que les vino bien ese tiempo de descanso.
“Usamos la semana pasada de forma diferente y tuvimos tiempo extra para tener pequeñas charlas que durante una semana previa a un test no hay tiempo para hacer. Queremos en este último partido mostrar las mejoras que logramos en los últimos ocho o nueve días”, concluyó.
Nueva Zelanda y Argentina jugarán el sábado próximo a las 5.45 en el McDonald Jones de Newcastle.