El ministro de Reforma del Estado, Federico Sturzenegger, ha generado una ola de incertidumbre y temor entre los funcionarios del gobierno de Javier Milei. Con la intención de realizar un ajuste severo en las áreas de Seguridad y Defensa, Sturzenegger ha dejado claro su propósito de desmantelar el Estado, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su permanencia en sus puestos.
Un funcionario que se reunió recientemente con Sturzenegger expresó su arrepentimiento tras el encuentro, sintiendo que su posición en el gobierno estaba aún más en riesgo. Esta sensación de vulnerabilidad se extiende por todas las áreas del gabinete, donde la preocupación por los alcances del ajuste es palpable. “Pensaron que venía por Toto pero viene por todos”, comentan en los pasillos del poder.
Javier Milei, quien ha respaldado a Sturzenegger refiriéndose a él como “el coloso”, le ha otorgado la misión de desregular y reducir el tamaño del Estado. Sin embargo, esta tarea no ha sido fácil. Hasta ahora, las medidas implementadas por Sturzenegger han sido limitadas y no han logrado generar el impacto esperado. Anuncios como la liberación de drones, el cierre del INADI y la presentación de una “ley hojarasca” que aún no ha llegado al Congreso, han sido percibidos como insuficientes.
A pesar de los modestos resultados iniciales, en la Casa Rosada se considera que Sturzenegger aún puede ganar centralidad y aumentar su influencia. La pérdida de impulso reformista que se percibió tras el DNU y la ley de bases se atribuye en parte al desgaste general de la gestión de Milei.
Sin embargo, Sturzenegger no se ha limitado a su cartera y ha comenzado a intervenir en otros ministerios, como el de Defensa, dirigido por Luis Petri, y el de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich. En cada área que aborda, Sturzenegger sigue la misma premisa: reducir el tamaño del Estado y eliminar reparticiones, generando una creciente tensión y preocupación entre los funcionarios del gobierno.
La incertidumbre y el temor se han instalado en el gabinete de Milei, mientras Sturzenegger avanza con su plan de ajuste, dejando a muchos preguntándose cuál será el próximo paso en su agenda de desmantelamiento del Estado.