La causa fue iniciada por Agustina Castells, quien siendo niña sufrió abusos por parte de su abuelo. Aunque la condena penal estaba fuera de alcance debido a la prescripción de los hechos, el juicio demostró la veracidad de las acusaciones.
Agustina relata que fue abusada por su abuelo materno desde los 4 hasta los 12 años, cuando finalmente pudo romper el silencio impuesto por el agresor. A pesar de las amenazas y manipulaciones, decidió hablar para proteger a su hermana menor. Aunque en ese momento no pudo presentar una denuncia formal, décadas después, a los 35 años, Agustina decidió buscar justicia.
El juez Vitale, a cargo del caso, explicó que, a pesar de la prescripción de los hechos, se logró una sentencia firme en el marco de un “juicio por la verdad”. El imputado, al enterarse de la resolución, expresó su consentimiento para finalizar el proceso. Esta decisión marca un precedente crucial para otras víctimas de abuso sexual cuyos casos también están prescriptos y que continúan en búsqueda de justicia.
Aunque la sentencia no conlleva una pena privativa de libertad, constituye un paso importante en el camino hacia el reconocimiento y la reparación para las víctimas de abuso sexual. Esta resolución, la primera de su tipo que queda firme en el país”, destacó el magistrado.