La situación venía empeorando en Santa Carina y quedó al desnudo en los últimos días: al menos seis personas murieron desde el viernes por falta de camas de terapia intensiva en el estado, fronterizo con la provincia de Misiones, según reportó la cadena Globo en base a denuncias de familiares y paramédicos.
Los pacientes que a partir de ahora comenzarán a ser trasladados son los de la región oeste, de Chapecó, a 200 kilómetros con la frontera argentina, hacia el estado de Espirito Santo, en el sudeste de Brasil.
Serán 16 que viajarán en un avión sanitario hasta la ciudad de Vitoria por ofrecimiento del gobernador de Espirito Santo, Renato Casagrande, que hace acordar a los vuelos militares que tuvieron que trasladar de emergencia pacientes de coronavirus de Manaos, la capital de la Amazonía brasileña, hace solo unas semanas.
Santa Catarina se encuentra con el 98,6% de ocupación de las camas de terapia intensiva para Covid-19 y, por eso, el gobernador Carlos Moisés declaró el toque de queda nocturno y de fines de semana, sumado a la prohibición de permanecer en las playas de Florianópolis y sus municipios vecinos, que suelen ser el principal destino del turismo de verano de los países del Mercosur.
La situación es tan dramática que Santa Catarina batió el récord de 80 muertes en 24 horas y ya acumula desde el inicio de la pandemia 7438 decesos y 675.000 casos notificados.
Y no es el único estado brasileño fronterizo con Argentina con un panorama sombrío.
El toque de queda por temor al colapso hospitalario también rige en Rio Grande do Sul, fronterizo con Corrientes, y en Paraná, que comparte la triple frontera de Brasil, Paraguay y Argentina con la ciudad misionera de Puerto Iguazú.
Ayer, el intendente de Florianópolis, Gean Loureiro, pidió perdón por haberse ido de vacaciones a Cancún, México, en pleno derrumbe del sistema sanitario y aumento de contagios.
Mientras tanto, en la región sudeste, el segundo estado más poblado de Brasil, Minas Gerais, también entró en colapso hospitalario.
Las consecuencias de fiestas de carnaval ilegales en poblados de mediano y pequeño porte causaron que los hospitales regionales hoy estén a tope en las ciudades del interior.
Febrero fue un mes letal para Minas Gerais: hubo 3505 muertos contra 1026 en noviembre, anterior récord, por la pandemia.
Belo Horizonte, la capital, tiene el 14% de los muertos de todo Minas, un estado donde el problema principal de ocupación de camas se dio en el corazón sojero y ganadero, en Uberaba, en la región fértil conocida como Triángulo Mineiro.
Los hospitales públicos y privados ya colapsaron y debieron trasladar a al menos 19 pacientes de coronavirus a Ribeirao Preto, ciudad del estado de San Pablo.
El deterioro de la situación epidemiológica es nacional.
Al menos 18 capitales brasileñas se encuentran con más del 80% de ocupación de camas para Covid-19, según el último relevamiento del laboratorio estatal Fiocruz.
En enero, había colapsado el sistema hospitalario de Manaos, capital del norteño Amazonas, por la falta de tubos de oxígeno, lo que provocó múltiples muertes por asfixia en pacientes de Covid-19 y traslados de emergencia de unos 200 enfermos a otros estados.
Algunos especialistas creen que esto podría haber ayudado a diseminar más rápidamente la cepa amazónica. presente ya en 17 estados, incluido el distrito federal de Brasilia.
Desde que estalló la pandemia hace más de un año en el país, Brasil acumula 255.720 muertos y más de 10,5 millones de casos notificados, es decir, es el segundo país con más víctimas fatales y el tercero en número de contagios.