La Alcaldía de Atami, la más afectada por las inundaciones, localizó en las últimas horas a 41 personas de 64 personas registradas como residentes en el área afectada, según la agencia Kiodo, citada por DPA.
El gobernador de la prefectura de Shizuoka – a la que pertenece Atami – Heita Kawakatsu, anunció el domingo la apertura de una investigación sobre las causas del deslave, que ha arrastrado unos 130 edificios en la región y que podría tener su origen en una acumulación de tierra relacionada con una obra.
Las imágenes de un dron revelan que un kilómetro más arriba del lugar del incidente se había acumulado una gran cantidad de tierra en una franja de 100 metros de largo junto al río, lo que habría afectado a la capacidad de la montaña para absorber el agua.
El estudio compara los datos topográficos de 2010, antes del inicio de la obra, con los actuales.
Gran parte de esta tierra acumulada habría sido arrastrada por las aguas tras días de intensas lluvias.
El deslave desplazó hasta 100.000 metros cúbicos, según las estimaciones, de los que al menos la mitad corresponderían a la tierra desplazada para la obra.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, confirmó la incertidumbre sobre el número de muertos por el deslave, centrándose en la búsqueda de supervivientes.
“El Gobierno nacional, junto con las autoridades municipales, comprobará cuántas personas están desaparecidas”, dijo Suga y aseguró que los equipos de rescate están “haciendo todo lo posible para salvar al mayor número de personas, lo más rápido posible”.
El deslizamiento de tierras ocurrió en una zona residencial de Atami el sábado a media mañana, dejando alrededor de 130 de casas destruidas, coches volcados y montones de escombros en un enorme lodazal.
La búsqueda, que había sido interrumpida por la lluvia, se reanudó hoy a las 6 de la mañana con la participación de socorristas, policías y soldados.
Atami, una ciudad balnearia en la ladera de una montaña, unos 90 km al suroeste de Tokio, recibió 313 milímetros de lluvia en 48 horas el viernes y el sábado, en comparación con la media de 242 en julio de los últimos años.
Gran parte de Japón se encuentra actualmente en plena temporada de lluvias, que suele provocar inundaciones y corrimientos de tierra.
Según los científicos, el fenómeno se ve agravado por el cambio climático, ya que una atmósfera más cálida retiene más agua y aumenta el riesgo y la intensidad de las precipitaciones extremas.
En los últimos años, el archipiélago se enfrentó cada vez más a inundaciones récord con desprendimientos de tierra, a menudo con un elevado número de víctimas.
A principios de julio de 2018, las inundaciones en el oeste de Japón habían causado más de 200 muertos.
Dos años después, en la misma estación, las inundaciones récord en el suroeste del país dejaron más de 80 muertos y desaparecidos.