La detención del senador Edgardo Kueider en Paraguay con más de 200 mil dólares sin declarar generó un terremoto político dentro del interbloque Las Provincias Unidas (LPU), aliado clave de Javier Milei en el Senado. El escándalo expuso tensiones internas y puso en jaque la estrategia parlamentaria del gobierno, diseñada por Santiago Caputo para ganar terreno en la Cámara Alta.
El bloque emitió un comunicado ambiguo, expresando su “firme voluntad de que la Justicia investigue los hechos hasta su esclarecimiento”. Sin embargo, la respuesta fue considerada insuficiente incluso dentro del interbloque. La situación escaló cuando medios paraguayos afirmaron, de manera infundada, que la senadora cordobesa Alejandra Vigo había estado acompañando a Kueider. Vigo desmintió la acusación en redes sociales, asegurando que estaba en Buenos Aires al momento del incidente.
Tensiones en el interbloque y rumores de licencia
Mientras redactaban el comunicado en el despacho de Vigo, algunos senadores como Carlos “Camau” Espínola y Juan Carlos Romero propusieron que Kueider solicitara licencia para mitigar el impacto político. Sin embargo, el trámite no era viable, ya que el legislador estaba fuera del país y detenido. Un inquietante rumor indicaba que un operador cercano a los libertarios habría considerado fraguar un pedido de licencia con fecha anterior a su detención, aunque la idea fue descartada.
La ausencia de una defensa sólida desde el entorno de Caputo y los aliados oficialistas ha generado preocupación. Legisladores como Romero anticipan que el caso de Kueider podría derivar en una sesión especial para discutir su desafuero, un escenario que consideran inevitable dado el impacto mediático y el temor al rechazo popular.
Impacto en la estrategia de Milei
El caso Kueider es un golpe para la estrategia de Santiago Caputo, quien buscaba consolidar a Las Provincias Unidas como un bloque funcional al gobierno. El asesor presidencial no ha emitido comentarios sobre la situación, lo que ha generado malestar en el interbloque.
Además, la oposición no ha desaprovechado la oportunidad para criticar la situación. Desde el kirchnerismo, la vicepresidenta Victoria Villarruel aprovechó para remarcar los vínculos previos de Kueider con el oficialismo anterior, mientras que en despachos cercanos a La Libertad Avanza se anticipa que su desafuero es cuestión de tiempo.
Con un Senado cada vez más dividido, el caso Kueider podría convertirse en un punto de inflexión para las alianzas parlamentarias del gobierno de Milei y su capacidad para mantener el apoyo de bloques clave en la Cámara Alta.