En menos de una semana, la dirigente fundadora de la Coalición Cívica ARI, Elisa “Lilita” Carrió generó un vendaval de acusaciones dentro de Juntos por el Cambio. Tras las fuertes críticas al diputado nacional y armador de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, a quien acusó de “poner peronistas en las listas de JxC”, Carrió sumó su granito de arena en la convulsionada interna del radicalismo bonaerense.
Hace unos días, la dirigente del ARI publicó en su cuenta de Twitter una foto junto a los referentes de uno de los espacios que busca quedarse con la conducción de la UCR en las elecciones partidarias que fueron postergadas por la pandemia del coronavirus.
“Junto a Salvador, Maxi Abad, Maricel Etchecoin y Andrés De Leo, conversamos sobre profundizar el cambio, sostener la República y dar las peleas que hay que dar en la provincia de Bs. As” fue el mensaje de apoyo de Carrió al sector que lleva como candidato al diputado provincial, Maximiliano Abad, bendecido políticamente por el vicegobernador, Daniel Salvador.
La respuesta del espacio que lleva como candidato en la interna partidaria al intendente de San Isidro, Gusta Posse, y referenciado a nivel nacional con el senador Martín Lousteau, no se hizo esperar y respondieron con munición gruesa.
Recordando las palabras del ex presidente Raúl Alfonsín, cuando afirmó que Carrió era “la enemiga de la UCR”, la oposición a la actual conducción del radicalismo bonaerense emitió un duro comunicado.
“Carrió quiere seguir teniendo un radicalismo servil al que pueda seguir manejando desde afuera como lo viene haciendo desde hace 5 años gracias a la actual conducción en la Provincia” apuntaron desde “Protagonismo Radical”.
“Por eso apoya al oficialismo y le molestan dirigentes con peso propio como Gustavo Posse y Martín Lousteau” completaron, al tiempo que recordaron el discurso en la campaña del 2019 donde Carrió afirmó que “el radicalismo iba a hacer lo que ella dijera”.
En este escenario, y de cara a un año electoral, Carrió busca tensionar las diferentes internas que existen en los partidos que conforman Juntos por el Cambio para ganar protagonismo en el armado de listas. En esa estrategia, el radicalismo quedó, una vez más, rehén de la lógica confrontativa de la ex diputada nacional.