Setenta trabajadores despedidos de la sucursal de Gregorio de Laferrere de Medamax llevan una semana acampando en las puertas del mayorista de artículos de limpieza y perfumería. Su objetivo es ser reincorporados o recibir una indemnización justa. Además, denunciaron un grave incidente en el que un empleado de seguridad de la empresa amedrentó a los manifestantes con un arma de fuego.
Despidos masivos y acampe
El jueves pasado, los 70 empleados de Medamax se enteraron de sus despidos al llegar a su trabajo, donde encontraron las puertas cerradas. Los telegramas de despido llegaron a sus hogares con el correr de las horas. Desde entonces, con el apoyo del Sindicato de Empleados de Comercio–Zona Oeste (SEOCA), los trabajadores y sus familias han acampado frente a la empresa, ubicada en la avenida General Juan Manuel de Rosas al 11.800, en La Matanza.
“Este es el séptimo día de acampe. Desde que nos notificaron que estábamos despedidos, no tenemos comunicación con la empresa, solo algunos contactos a través del sindicato”, explicó Gastón Figueroa, delegado gremial y trabajador despedido. Figueroa agradeció la solidaridad de los vecinos y las iglesias evangélicas de la zona que les brindan alimentos y apoyo.
Falta de respuesta y denuncia penal
El miércoles estaba pautada una audiencia en la delegación del Ministerio de Trabajo en San Justo, pero la empresa no se presentó. “La situación se agravó más porque hicimos una denuncia penal por no poder ingresar a tomar nuestras pertenencias que quedaron en la sucursal”, señaló Figueroa, quien lleva 19 años trabajando en Medamax. La mayoría de los trabajadores tienen una antigüedad promedio de 20 años.
“Nos quedaremos acá hasta que algún representante de la empresa nos dé una respuesta que nos satisfaga: que nos paguen la indemnización que corresponde o nos reincorporen”, advirtió Figueroa. Medamax justificó el cierre de la sucursal amparándose en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite la extinción del contrato laboral por “falta o disminución de trabajo” no imputable al empleador o “fuerza mayor”. Esto les permitiría pagar solo el 50% de la indemnización correspondiente y en varias cuotas.
Denuncias de vaciamiento y maniobras irregulares
Los trabajadores denuncian que la empresa nunca justificó adecuadamente la aplicación de dicho artículo y señalan maniobras sospechosas desde hace meses. “A fines de año y principios de este, notamos una disminución en las compras de mercaderías, ellos adujeron que tenían una deuda, y por eso vendieron sucursales. Pero aquí, estaban vaciando la mercadería con ventas truchas y clientes truchos”, recordó Figueroa.
Intimidación y denuncia de violencia
El viernes, los trabajadores despedidos se movilizaron a la sucursal de Medamax en Quilmes, donde se encuentran las oficinas centrales de la empresa. Lejos de recibir una respuesta, fueron amedrentados por el jefe de seguridad, Emiliano Santos. Según denuncias, Santos empujó violentamente a varios manifestantes, sacó un arma de fuego y apuntó al pecho de uno de los trabajadores. “Para nuestra organización sindical, esto es inadmisible y cruza cualquier tipo de límites”, declaró el sindicato, que presentó una denuncia en la comisaría correspondiente.
Sospechas de aprovechamiento de la crisis
Los trabajadores sospechan que la empresa tomó estas medidas para beneficiarse en el mediano plazo aprovechando la aprobación de la Ley de Bases. “Lo que vemos con mis compañeros es que lo que nos hicieron fue justamente a partir de la aprobación de la Ley de Bases, no es casual que nos hayan echado un día antes de que se aprobara”, comentó Figueroa.
El delegado lamentó que la empresa busque deshacerse de los trabajadores con más años y derechos para reemplazarlos con jóvenes en contratos precarios. “Está claro que la empresa buscaba deshacerse de estos trabajadores para atravesar uno o dos meses parados y levantarse de nuevo con contratos basura y sin derechos, todo acorde al cambio de gobierno”, concluyó Figueroa.