“Hay mucha gente, pero estamos tratando de hacer el mayor esfuerzo de cuidarnos por el Covid”, dijo a Télam, Julia Martino de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito.
En el escenario de la Campaña se realizaron pañuelazos verdes y comenzaron a sonar tambores de grupos de mujeres originarias y otras formaciones que comenzaron a animar la calurosa jornada con su música.
La dirigente de Suteba, Silvia Almazán, destacó a esta agencia: “Hoy las docentes estamos acá como mujeres y trabajadoras para seguir luchando por la ampliación de derechos”.
“Estamos acá especialmente por nuestras estudiantes, para que ya no pasen por los peligros, dolores, clandestinidades y desigualdades que nuestras generaciones sufrieron”, añadió.
“Defendemos el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo como defendemos la Educación Sexual Integral, y no es casualidad que son los mismos sectores conservadores los que agarrándose de ideas del siglo XIX rechazan ambas cosas”, completó.
Durante el día, las personas que llegaban a las inmediaciones del Congreso buscaron refugio en la sombra de las fachadas de los edificios o en los gazebos de las organizaciones que participan de la movilización.
Cuando anocheció, fue notable el aumento de cantidad de personas que colman Callao, desde Rivadavia y hasta Corrientes.
Sobre la calzada de la avenida Callao quienes más caminaron esta tarde fueron los vendedores de bebidas frías, más requeridos que los que venden pañuelos verdes, y los artesanos que comercializan distintos productos con emblemas y consignas a favor de la legalización del aborto.
Las organizaciones sociales, sindicales y políticas que acompañan la iniciativa para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo montaron carpas y gazebos sobre la Avenida Callao desde Corrientes hasta Rivadavia, y sobre la Avenida Rivadavia desde Callao hasta Paraná.
En esos puestos, militantes de agrupaciones distribuyen información sobre métodos anticonceptivos, folletos con datos de contacto de equipos de voluntarias que asesoran sobre acceso a salud sexual, y también sobre programas sociales y sanitarios.
Con el correr de la tarde grupos de amigas, familias y parejas comenzaron a concentrarse a la espera de la votación, que se cree será alrededor de las dos de la madrugada, mientras que muchas personas colman los bares y cafeterías de la zona buscando bebidas frías y ambientes climatizados.
Gabriela, una docente de 42 años de la localidad matancera de Lomas del Mirador llegó junto a sus hijas de 16 y 14, y le contó a Télam: “En 2018 las nenas me pidieron venir, pero yo no me animé a traerlas porque eran muy chicas, lo vimos juntas por la tele y nos arrepentimos de no haber estado, así que hoy me trajeron ellas”.
“Vinimos temprano en parte por la ansiedad y en parte porque no podemos quedarnos hasta mañana acá, el calor está pegando fuerte pero igual es una fiesta”, completó.
Martín de 25 años, vendedor de pañuelos, además del verde por el aborto legal, ofrece el violeta contra la violencia de género, el naranja por la separación entre la iglesia y el estado, el azul del autismo, el rosa por el respeto a los animales, el amarillo de los libertarios y muchos otros.
“Se nota que de a poco va llegando la gente, pero el calor no ayuda porque el que tiene un peso se lo gasta en la bebida fresca”, aseguró a esta agencia.
“La vez anterior, en 2018, cuando se votó afirmativamente el aborto en Diputados, casi se nos acaban los pañuelos, por eso para esta vez trajimos muchos más y esperamos que cuando baje el sol más gente se arrime”, añadió.
Mientras, un grupo de mujeres vestidas totalmente de negro, con sombreros en punta y pañuelos verdes y naranjas, avanzaba detrás de una bandera negra con la silueta de una mujer montando una escoba voladora y la leyenda “brujas en resistencia”; algunas de ellas llevaban carteles con el mensajes: “Somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar”.
Gisela, una animadora infantil del partido bonaerense de San Martin que fue al Congreso con una amiga a ofrecer servicio de maquillaje a las manifestantes, compartió con Télam que “con el calor muches chiques se están sacando mucha ropa, entonces además del glitter verde o violeta que es lo que más sale con las chicas, también estamos ofreciendo hacer algunas pintadas en los torsos y para nuestra sorpresa ya se animaron varios varones”.
Una murga de más de un centenar de jóvenes vestidas de verde y violeta marchó por Callao desde Sarmiento hasta Rivadavia enarbolando pañuelos y pintando el cielo con decenas de bengalas de humo con los mismos colores.