Una revolución en el mundo de la construcción.
La impresión 3D ha llegado al ámbito de la construcción como una herramienta capaz de cambiar las reglas del juego. Este innovador sistema, que utiliza robots y materiales de última generación, permite construir viviendas en un tiempo récord y a costos significativamente menores que los métodos convencionales.
En Argentina, donde el déficit habitacional afecta a más de 3,5 millones de hogares según datos recientes, esta tecnología podría representar una solución viable para ofrecer acceso a viviendas dignas y asequibles.
Materiales y sostenibilidad: claves del modelo
El proceso de impresión 3D utiliza principalmente hormigón especial y materiales reciclados, lo que lo convierte en una alternativa más sostenible. Además, reduzca considerablemente los desechos de obra y el impacto ambiental, ya que emplea solo la cantidad de material estrictamente necesaria.
Según informes internacionales, una casa básica de 46 metros cuadrados puede construirse en menos de 48 horas, ya un costo que ronda entre un 30% y 50% menos que el de las viviendas tradicionales.
¿Es viable en Argentina?
La implementación de esta tecnología en el país enfrenta desafíos como la importación de equipos, la capacitación de trabajadores y la adaptación de normativas locales. Sin embargo, varias startups y organizaciones han comenzado a explorar este camino, con proyectos piloto que prometen resultados talentosos.
La accesibilidad del sistema podría adaptarse especialmente a sectores vulnerables, comunidades rurales y zonas afectadas por desastres naturales, donde la rapidez y la economía del proceso son vitales.
Hacia un futuro más accesible y sustentable
Aunque la impresión 3D de viviendas aún está en una etapa de desarrollo en Argentina, su potencial transformador es innegable. Con el apoyo adecuado, esta tecnología podría convertirse en una pieza clave para enfrentar el déficit habitacional, ofreciendo soluciones que combinan eficiencia, sostenibilidad y accesibilidad económica.