La tarde en las inmediaciones del Congreso se convirtió en escenario de tensión cuando la Policía de la Ciudad desplegó un operativo contra una marcha que clamaba contra los despidos de trabajadores estatales. El saldo: al menos diez detenidos y diputados agredidos.
La convocatoria, que inicialmente se congregó frente al Cine Gaumont para protestar por los despidos en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), tomó un rumbo inesperado cuando las fuerzas de seguridad aplicaron el protocolo antipiquetes. La movilización, que contaba con la participación de al menos 500 personas, se vio abruptamente interrumpida por la acción policial, que terminó encerrando a los manifestantes entre escudos y el edificio del Congreso.
Según testimonios de los presentes, la intervención policial incluyó el uso de gas pimienta y agresiones físicas, lo que desencadenó la indignación de los participantes y de los diputados nacionales presentes en la escena. “Es absolutamente ilegal retener a la gente en la vereda”, denunció Nicolás del Caño, uno de los diputados del Frente de Izquierda presentes, quien también sufrió agresiones por parte de las fuerzas de seguridad.
Las críticas no se hicieron esperar. Desde distintos sectores políticos, se cuestionó la actuación de la Policía de la Ciudad y se señaló al gobierno de turno por el uso desproporcionado de la fuerza. “Están librando una guerra de soldaditos que tienen a los manifestantes como rehenes”, expresó Myriam Bregman, otra de las diputadas agredidas. “Bullrich enloqueció y viola todos los criterios de convivencia democrática”, agregó Cecilia Moreau, diputada de Unión por la Patria.
El episodio deja al descubierto las tensiones latentes en la sociedad y la creciente polarización en el ámbito político, mientras la ciudadanía reclama por sus derechos en medio de un clima de incertidumbre económica y social.
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