En un nuevo capítulo que exhibe las contradicciones del discurso libertario, el gobierno de Javier Milei selló una alianza táctica con el poder renovador de Misiones para voltear la Ley de Ficha Limpia en el Senado. Así lo reconoció sin tapujos Adolfo Sabrán, ministro de Hacienda de Hugo Passalacqua, quien admitió que la maniobra fue orquestada en línea con la Casa Rosada para evitar que Mauricio Macri y su candidata, Silvia Lospenatto, capitalizaran un triunfo político antes de las elecciones porteñas.
“Orientados por la visión estratégica del conductor de la renovación, Carlos Rovira, los senadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut silenciosamente rechazaron una ley creada a la medida del macrismo, dirigentes que paradójicamente en sus 17 años de gobierno nunca impulsaron una ley similar en la ciudad de Buenos Aires”, escribió Sabrán en sus redes, dejando en evidencia el cálculo político detrás de la jugada.
Aunque el ministro evitó mencionar directamente al gobierno nacional, sus palabras fueron claras al deslizar que la caída de Ficha Limpia benefició al oficialismo de Javier Milei en su disputa con el PRO porteño. Una maniobra que, en los hechos, desacredita el relato anticasta que Milei utiliza como bandera mientras teje alianzas con sectores que representan lo más rancio del poder territorial.
Según Sabrán, el objetivo fue frustrar una jugada de Macri que buscaba, con la Ley de Ficha Limpia, proscribir candidaturas como la de Cristina Fernández y a la vez posicionar a Lospenatto en la Ciudad. “La inteligencia política de Rovira desarmó con un simple movimiento lo que implicaba ser una jugada del macrismo para marcarle la agenda al Gobierno nacional”, sostuvo el funcionario, evidenciando una vez más la lógica de pactos subterráneos que se repite en la política argentina.
Incluso intentó despegarse de versiones que atribuyen la maniobra a Cristina Kirchner: “Tampoco fue por simpatía hacia Cristina Fernández, que recordemos ordenó intervenir el PJ local porque estaba adherido al Frente Renovador”.
El mensaje final de Sabrán apuntó a legitimar el rechazo de la ley como una decisión soberana de la política misionera frente a lo que calificó como “dirigencia porteña”. Sin embargo, el resultado es claro: tanto Macri como Cristina siguen habilitados para competir, blindados por un sistema político que, una vez más, posterga demandas sociales de transparencia y depuración democrática en favor de pactos de cúpula y supervivencias personales.
Mientras tanto, Javier Milei, quien prometió dinamitar la casta, termina siendo funcional a los mismos liderazgos que dice combatir. La caída de Ficha Limpia deja al descubierto que en el laboratorio libertario, la verdadera política no se mide en likes ni en TikTok, sino en acuerdos oscuros que refuerzan la impunidad y deslegitiman cualquier promesa de cambio.