La filtración de audios de Karina Milei sumió a la cúpula libertaria en un estado de paranoia. La secretaria General de la Presidencia quedó expuesta en medio de la saga de coimas revelada por Diego Spagnuolo, lo que desató un tembladeral en el gobierno y obligó a una reunión de urgencia el viernes por la noche.
Según trascendió, el propio Javier Milei suspendió su rutina habitual de ópera en la Quinta de Olivos para encabezar un encuentro inusual en la Rosada, donde el temor a futuras revelaciones domina la agenda.
En uno de los audios publicados por el periodista Mauro Federico en Carnaval Stream, se escucha a Karina pedir unidad: “No podemos entrar en la pelea entre nosotros. Nosotros tenemos que estar unidos, imaginate”.
En los pasillos del poder circula una versión aún más preocupante: existirían 50 minutos de grabación con la voz de Karina que saldrían a la luz la semana próxima. Aunque no implicarían delitos, el material tendría un potencial devastador para el círculo íntimo del Presidente.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, no solo reconoció la autenticidad de los audios, sino que además reveló que fueron grabados dentro de la Casa Rosada, un hecho inédito en la historia política argentina. “Si los audios son verdaderos estamos ante un escándalo sin precedentes. Sería la primera vez que se graba a un funcionario dentro de la Casa Rosada”, declaró.
En su intento por denunciar un intento de “desestabilización”, Adorni dejó al descubierto un detalle clave: la grabación se realizó en el ámbito íntimo de Karina, lo que descarta una supuesta “operación kirchnerista”. Esto abre un interrogante inquietante: ¿la filtración provino de alguien del propio entorno presidencial?
La paranoia crece y la incertidumbre domina al oficialismo. El contenido de esos 50 minutos podría marcar un antes y un después en la administración libertaria.