A poco más de un mes de haber anunciado un ambicioso plan de inversiones en Argentina, la empresa japonesa reveló un plan de retiros voluntarios para 400 empleados, como parte de un proceso de reestructuración interno.
La decisión de reducir la plantilla laboral y recortar las horas extras de los trabajadores surge como respuesta al impacto negativo que ha tenido la crisis económica promovida por el gobierno de Javier Milei, así como a la marcada disminución en las ventas de vehículos registrada en las últimas semanas.
Este ajuste no se limita únicamente a la reducción de personal, sino que también implica la paralización de la producción los días lunes, como medida para disminuir los costos laborales. Además, Toyota ha revisado a la baja sus proyecciones de producción para este año, pasando de 186 mil a 160 mil unidades.
Esta marcha atrás en las expectativas de producción contrasta con el anuncio realizado hace apenas un mes, cuando la compañía presentó al gobierno de Javier Milei un plan de inversiones de 50 millones de dólares para producir su modelo utilitario Hiace en la planta ubicada en Zárate, provincia de Buenos Aires. Paradójicamente, este proyecto inicial contemplaba la creación de 100 nuevos puestos de trabajo.
Sin embargo, la realidad ha superado las expectativas, y la empresa se ve ahora en la necesidad de implementar un programa de retiros voluntarios para ajustarse a las condiciones del mercado. Esta situación refleja la volatilidad y la incertidumbre que caracterizan al sector automotriz en Argentina, donde la crisis económica ha llevado a los principales actores a replantear sus estrategias y tomar medidas difíciles para adaptarse a un entorno adverso.