El coronavirus, como explicó la Organización Mundial de la Salud (OMS), se propaga principalmente de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al toser, estornudar o hablar.
Aunque también hay evidencia que señala que la transmisión aérea (por aerosoles) puede ocurrir en circunstancias especiales como espacios cerrados, exposición prolongada a partículas respiratorias y ventilación inadecuada, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.
Un estudio chino realizado en conjunto por el Centro Provincial de Control y Prevención de Enfermedades de Zhejiang y el Centro Municipal de Ningbo para el Control y la Prevención de Enfermedades halló que en un viaje de 50 minutos en ómnibus una mujer con COVID-19 contagió a otros 23 pasajeros, incluso a aquellos que no estaban sentados cerca de ella. Los investigadores apuntan a la posibilidad de que el virus se extendiera por medio del aire acondicionado, el cual circulaba de manera ininterrumpida en el interior del vehículo.
El cumplimiento de los protocolos disminuye los riesgos de manera significativa:
1- El uso de barbijo, un sistema que renueve el aire y no hablar son 3 medidas importantes para mitigar la propagación del virus en este tipo de transporte.
2- Los colectivos poseen un sistema de renovación del aire que no filtra el virus, es decir, se renueva poco el aire y el virus sigue circulando. Esto produce mayor probabilidad de contagio, según un estudio de investigadores del Conicet.
3- Cuando un pasajero infectado habla genera una gran cantidad de aire exhalado que rápidamente se propaga a lo largo del colectivo, por lo que el aire acondicionado favorece su propagación, aunque reduce notoriamente la concentración.
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