El gobierno macrista de Horacio Rodríguez Larreta le quitó $ 371 millones al Plan Sarmiento, que es el que se ocupa de repartir entre los estudiantes dispositivos tecnológicos. ¿Qué hizo con esa plata? La transfirió a la Dirección de Educación de Gestión Privada, es decir, a las escuelas que no son públicas.
El ajuste es parte ya de una política de largo plazo del macrismo porteño, que año a año, decide recortar el presupuesto que destina a la educación pública. Ese ajuste, por ejemplo, lo pagan las familias que deben sufrir para conseguir alguna vacante en las escuelas de la Ciudad sin pagar en una institución privada.
Lo que es más grave en el caso del programa Sarmiento es que se trata de un plan que busca acondicionar las escuelas y entregar computadoras para enfrentar la pandemia de coronavirus.
En ese sentido, el legislador del Frente de Todos Juan Manuel Valdés consideró que “quienes reclaman la vuelta a clases son los mismos que recortan el presupuesto año a año”. Son evidentes las contradicciones entre el relato macrista y una realidad de ajuste sobre la educación y sobre los que menos tienen, porque las familias de mayores ingresos mandan a sus hijos a escuelas privadas (que el mismo macrismo subsidia).
“El Gobierno de la Ciudad vuelve a atentar contra la educación en un año donde sostener la continuidad escolar de nuestras chicas y chicos es fundamental”, insistió el legislador Valdés. “En un año que sabemos que va a ser de pandemia, la Ciudad decidió desentenderse de la entrega de computadoras. No nos sorprendamos cuando no haya continuidad pedagógica en la Ciudad de Buenos Aires”, indicó.