Sobre la mesa de discusiones hay dos propuestas: la presentada por Sudáfrica e India en octubre del año pasado y respaldada por más de 110 países, entre ellos Argentina, que exige levantar por “al menos tres años” los derechos de propiedad intelectual sobre los inmunizantes y tratamientos contra la Covid 19.
La otra iniciativa es impulsada por la Unión Europea (UE) y elevada el 4 de junio pasado que se basa en un acuerdo multilateral que incluya “precios asequibles” de las vacunas a los países que más lo necesiten y facilitar “el uso de licencias obligatorias”, lo que permitiría que más laboratorios desarrollen fármacos genéricos a cambio del pago de un canon a aquellos que poseen las patentes.
A diferencia de la primera, la segunda acción no modifica sustancialmente las actuales normativas internacionales sobre propiedad intelectual, que ya contemplan el uso de licencias obligatorias para casos especiales
El único cambio que presenta esta iniciativa, apoyada también por el Reino Unido y Suiza, es la posibilidad de prescindir cualquier tipo de negociación con los laboratorios para fabricar sus productos patentados, al entender que “la pandemia es una emergencia y ese requisito puede ser exceptuado”.
Los miembros mantuvieron hoy su desacuerdo, que se extendió no solo al contenido de las propuestas sino también a la forma de debatirlas, ya que los miembros a favor de la suspensión temporal sostienen que su resolución fue presentada hace ya nueve meses y debe tratarse por separado respecto a la otra introducida hace tan solo 10 días.
En busca de zanjar las diferencias se acordó hacer cuatro encuentros semanales informales desde el 30 de junio, como antesala al Consejo General de la OMC que se reunirá el 27 y 28 de julio próximo, indicó a Télam una fuente que participó de la negociación en la ciudad suiza de Ginebra.
Las decisiones en el organismo se toman por consenso, por lo que se necesita que sus 164 miembros se pongan de acuerdo, una posibilidad que parece lejana por la distancia entre las posturas y los grises que hay en el medio.
Existen matices de posiciones entre países que están más cerca de cualquiera de las dos iniciativas que hoy están sobre la mesa, además de un tercer grupo, que incluye a Chile por ejemplo, que se mostró abierto a profundizar el debate antes de definir una postura clara.