El escándalo del Criptogate sigue escalando y amenaza con golpear de lleno en el corazón del gobierno de Javier Milei. Hayden Mark Davis, el creador de la criptomoneda Libra, aseguró en mensajes de texto que le pagó una coima a Karina Milei para obtener favores del presidente. “Le envío dinero a su hermana y él firma lo que yo digo y hace lo que yo quiero”, afirmó.
Las declaraciones de Davis ponen en jaque la estrategia del gobierno de despegarse del caso y alimentan aún más las sospechas sobre el rol de Karina Milei en la estafa. La secretaria general de la Presidencia ya estaba bajo la lupa por su presunta participación en la promoción de Libra y su relación con los responsables del fraude, pero esta nueva revelación refuerza la hipótesis de que el entorno presidencial estaba directamente involucrado en la operación.
El escándalo desató un terremoto político. La oposición redobló la presión y el bloque de Miguel Ángel Pichetto exigió que Karina Milei sea citada al Congreso para dar explicaciones. También pidieron la comparecencia de funcionarios clave, como el ministro del Interior, Guillermo Francos, el vocero presidencial, Manuel Adorni, y el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona. “El Presidente tendría que haber tirado algún funcionario del camión”, sostuvo el senador rionegrino, en alusión a la falta de respuestas por parte del oficialismo.
Mientras tanto, Mauricio Macri, uno de los principales aliados políticos de Milei, marcó distancia y lanzó una dura crítica al libertario. Desde Rosario, el expresidente aseguró que el Criptogate “fue una estafa para mucha gente” y calificó a Milei como “un presidente muy descuidado y mal rodeado”. En la intimidad, Macri viene exigiendo la salida de Karina Milei y de Santiago Caputo como condición para seguir apoyando al gobierno.
El escándalo Libra no solo golpeó la imagen de Milei en Argentina, sino que también tuvo repercusiones internacionales. La prensa extranjera reflejó el impacto de la estafa y la falta de respuestas oficiales, lo que podría afectar la confianza de los mercados y los inversores en el país.
Con estas nuevas revelaciones, la crisis política dentro del gobierno libertario se agrava y deja en evidencia la fragilidad de la gestión Milei. La gran incógnita ahora es si el presidente tomará medidas drásticas para contener el daño o si continuará apostando al silencio y la negación frente a un escándalo que amenaza con desmoronar su credibilidad.