La libertad es hermosa mientras no le pregunten cosas incómodas. Esa es la posición de las principales espadas del macrismo como Horacio Rodríguez Larreta o María Eugenia Vidal, que se enojan cada vez que el periodismo se sale de la lógica de la obsecuencia a la que están acostumbrados. Cuando no hay pauta, pasas cosas…
La candidata Vidal ya cortó una entrevista cuando osaron preguntarle por el departamento de lujo que se compró en Recoleta. Le costó 500 mil dólares y no puede explicar cómo hizo para adquirirlo cuando hace solo dos años aseguraba que no tenía ahorros y estaba obligada a trabajar “para vivir”. “Si sos honesta no sos rica”, aseguró. Dos años despues era millonaria.
Ahora fue el turno de Horacio Rodríguez Larreta, que se negó a hablar sobre su rol en el PAMI durante el suicidio de René Favoralo. Según cuentan allegados del renombrado médico, Favarolo estaba deprimido porque PAMI no le pagaba unas deudas acumuladas porque se negaba a pagar coimas a funcionarios de esa institución durante el gobierno de Fernando de la Rúa. ¿Qué rol cumplió Larreta?
“La historia lo ubica en un episodio con alguien muy conocido en la provincia, como es el médico Favaloro, que terminó…”, le preguntaron desde un diario de La Pampa. “No, no… disculpame. No tengo absolutamente nada que ver con eso, y no estoy para esa pregunta”, respondió Larreta y cortó la conversación.