Durante años, la contención de la inflación ha sido una prioridad para los gobiernos en todo el mundo. Sin embargo, Japón ha sido una excepción notable en este sentido.
Mientras que otros bancos centrales aumentaban sus tasas de interés para frenar el alza de precios y su impacto en el poder adquisitivo y las condiciones de vida, el Banco de Japón optaba por mantenerlas en territorio negativo. Esta estrategia buscaba impulsar el crecimiento económico y estimular la inflación, en contraste con la tendencia global.
Japón ha sido el único país en un mundo afectado por la inflación en mantener sus tasas de interés en terreno negativo, es decir, por debajo de cero. Este “experimento monetario” extraordinario ha marcado una era en la política económica japonesa.
Sin embargo, recientemente, Japón ha decidido abandonar esta política y dejar atrás la era de la deflación. Este cambio representa un hito significativo en la historia económica del país y puede tener importantes implicaciones tanto a nivel nacional como internacional.
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