La conversación virtual a solas que el presidente Alberto Fernández mantuvo con la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, incrementó esta visión de que es posible un acuerdo sobre el filo del vencimiento clave con otro organismo relacionado, el Club de París, de US$ 2.400 millones a fines de abril -que puede ser pagado en mora hasta fines de mayo- y que, precisamente, tiene como principal requisito que exista un entendimiento previo con el FMI para poder efectuar una reprogramación.
En rigor, el calendario más urgente indica que la Argentina afronta a principios de febrero un vencimiento con el FMI por US$ 315,6 millones y que, a la luz del diálogo, todo indicaría que el Gobierno pagará dicho importe antes de culminar la negociación.
Restan otros seis pagos al FMI en 2021 que, reunidos todos los vencimientos del año entre capital e intereses, totalizan unos US$ 14.850 millones, si el Gobierno no logra un acuerdo para reprogramar dichas obligaciones.
“Acordamos continuar trabajando en un programa diseñado y conducido por la Argentina, que cuente con el apoyo del organismo”, expresó Fernández desde su cuenta de Twitter, tras culminar la reunión que se prolongó por más de una hora.
Luego, a través de la misma red social, Georgieva destacó “la muy buena conversación” que mantuvo con el presidente argentino, y “la gran colaboración del Fondo para mejorar la estabilidad y apoyar un crecimiento fuerte e inclusivo”.
Por su parte, Fernández agregó: “Compartimos nuestra intención de trabajar, desde lo que se espera sea un renovado multilateralismo, por una economía mundial más justa e inclusiva”, y ratificó que “esa será la posición de la Argentina como miembro del G20 y del FMI”.
Esta semana uno de los primeros en dar una “visión positiva” respecto del acuerdo “en pocos meses” fue el embajador argentino en Washington, Jorge Argüello, quien remarcó que Biden “ha anunciado la voluntad de que Estados Unidos reingrese plenamente al multilateralismo y esa es la política de Argentina y lo que se quería escuchar del presidente” estadounidense.
Y reveló que el Gobierno trabaja para un encuentro entre ambos mandatarios: “Ni bien podamos haremos una reunión entre Joe Biden y Alberto Fernández. Hay sintonía entre ellos”, aseguró el embajador.
A su turno, la Cancillería aportó que Biden es el segundo presidente estadounidense católico en la historia -el anterior había sido John F. Kennedy- y “eso es un dato importante porque acerca culturalmente al presidente de EEUU y los presidentes latinoamericanos en general y a Alberto Fernández en particular”.
Además, remarcaron el rol del papa Francisco. “Biden tiene muy buena relación con el Papa, trabajaron juntos el tema del deshielo en Cuba, y además el Papa es el principal aliado que tiene la Argentina en el mundo: fue él quien facilitó el encuentro del ministro Martín Guzmán con la presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, y de Alberto con la canciller federal de Alemania, Angela Merkel, así que contamos eso en el haber”.
Desde el sector privado, en una línea similar, Claudio Loser, presidente de la consultora Centennial de América Latina y ex director para el Hemisferio Occidental del FMI, dijo a Télam que Biden y Yellen, la nueva secretaria del Tesoro de EEUU, tienen una visión multilateralista y, en este sentido, es muy posible que rápidamente Yellen trate de instruir a sus representantes en el Directorio del Fondo para hacer algunos cambios en la política general del Fondo, “muy de acuerdo con Georgieva”.
El pasado lunes, Georgieva se refirió a la “incertidumbre” de la economía Global y expuso que América Latina es una de las más afectadas en la crisis, con “sólo el 8% de la población mundial, pero que, lamentablemente, representan el 28% del total de muertes”.
En este contexto, la titular del FMI abogó por aumentar la capacidad prestable del FMI, una idea que fue resistida por la gestión de Donald Trump en el directorio del organismo.
Según Loser, “Georgieva quiere prestar más a los países con más dificultades, está pensando incluso en emitir DEG, la moneda del FMI que existe ya hace 50 años, y es muy probable que Yellen y Biden busquen apoyar al FMI en este sentido”.
Y continuó: “Yo no creo que la preocupación de Biden y el equipo económico esté en la Argentina en sí misma, pero estoy seguro que va a poner más atención en empujar al FMI a completar una negociación, por supuesto dentro de un esquema cauteloso”.
Loser opinó que “Yellen es una economista muy cuidadosa, de no malgastar el dinero. en este sentido va a querer apoyar un programa razonable del FMI con la Argentina, algo que se pueda reestructurar la deuda pero, por otra parte, que haya una trayectoria hacia el ajuste en el mediano plazo”.
En tanto, el investigador del think tank Interamerican Dialogue, Bruno Binetti, fue más cauto, aunque favorable a un acuerdo.
“No hay que exagerar la importancia del cambio de gobierno en EEUU para las negociaciones de Argentina con el FMI”, dijo el especialista, también argentino, que actualmente reside en Londres.
“Nadie en EEUU quiere un default argentino, sobre todo cuando hay preocupación por el nivel de deuda de otros países emergentes, pero el Tesoro no va a presionar al Fondo para que acepte un acuerdo a cualquier precio”, agregó.
Y se explayó con que “más allá de que Yellen sea más heterodoxa que su antecesor, lo más importante para tener el visto bueno de EEUU es que Argentina acuerde un programa económico de mediano plazo con el staff del Fondo. Esto implica plantear metas consistentes y de mediano plazo en términos de política monetaria, fiscal y cambiaria”.