La reciente gestión del gobierno de Javier Milei ha desencadenado una crisis en el consumo de productos básicos, reflejada en una caída abrupta en las ventas en los supermercados. En tan solo dos meses, la cantidad de unidades vendidas por ticket ha disminuido en casi un 20%, señalando una marcada reducción en la cantidad de productos adquiridos por los consumidores.
Según informes proporcionados por grandes hipermercados, entre el 42% y el 45% de las compras de alimentos y bebidas se realizan actualmente con tarjeta de crédito, lo que refleja una situación alarmante en términos de poder adquisitivo de los salarios. Esta tendencia, que ya se había observado en comercios barriales, ha comenzado a afectar de manera significativa a los hipermercados, sorprendiendo a los propietarios y gerentes de estos establecimientos.
El análisis interno de los comercios sugiere que esta disminución en las ventas se debe a dos factores principales: el incremento desmedido de los precios, impulsado por la política de liberación de precios implementada por el gobierno de Milei, y la consiguiente pérdida del poder adquisitivo de la población. Sorprendentemente, este aumento de precios no se justifica por una situación de valores “pisados” o atrasados, sino que ha llevado el costo de los productos básicos a niveles comparables con los de las ciudades más caras del mundo.
Entre los rubros más afectados se encuentran los alimentos, con una caída del 7,2% en las compras durante el mes de febrero. Específicamente, se observa una disminución en la venta de lácteos, siendo los yogures y quesos untables los primeros en resentirse, seguidos por la leche en envases de cartón, cuyo precio se ha elevado significativamente.
El uso creciente de tarjetas de crédito para realizar compras, que ahora representa casi la mitad de la facturación en los hipermercados, refleja una situación preocupante en la que los consumidores han agotado sus recursos económicos disponibles. En los barrios, este fenómeno se manifiesta aún más, con compras pequeñas financiadas con tarjetas de crédito y un aumento en las solicitudes de crédito y fiado en los comercios locales.
En resumen, la economía del país enfrenta una situación crítica marcada por la recesión, el aumento descontrolado de precios y la disminución del poder adquisitivo de la población, lo que ha llevado a una contracción significativa en el consumo de productos básicos y un aumento en el endeudamiento de los consumidores.
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