El escándalo por la detención del senador Edgardo Kueider en Paraguay con más de 200 mil dólares no declarados sacudió los cimientos del bloque libertario en el Senado. Cristina Kirchner lanzó un desafío directo al Presidente Javier Milei para que sus senadores apoyen la expulsión de Kueider, lo que dejó al oficialismo en una encrucijada.
“Fijate que tu Vicepresidenta no se olvide de convocar a sesionar y que tus seis senadores bajen al recinto para dar quórum. ¿O Kueider es tuyo y lo van a dejar seguir siendo senador porque tienen miedo que hable?”, escribió Cristina en redes sociales, poniendo en jaque a la bancada libertaria.
Crisis de liderazgo y tensiones internas
Victoria Villarruel, presidenta del Senado, enfrenta un dilema: si convoca a sesión para tratar la expulsión de Kueider, podría desatar una nueva embestida de Santiago Caputo, asesor estrella del gobierno. Fuentes parlamentarias señalan que Caputo, quien fue clave en acercar a Kueider al oficialismo, se resiste a perder a un aliado crucial en el Senado.
Por su parte, los senadores libertarios lucen desorientados y sin una postura clara. En los pasillos de la Cámara Alta, incluso se rumorea que el formoseño Francisco Paoltroni, expulsado previamente del bloque por enfrentarse a Caputo, estaría dispuesto a dar quórum si Villarruel convoca a sesión.
El desafío numérico en el Senado
La posible expulsión de Kueider complica aún más el equilibrio de fuerzas en el Senado. Si Kueider pierde su banca, su reemplazo sería Stefanía Cora, cercana a La Cámpora, lo que fortalecería al bloque de Unión por la Patria con 34 bancas. Con este escenario, el oficialismo podría alcanzar mayorías con el apoyo ocasional de bloques minoritarios.
El peronismo confía en sumar apoyos adicionales para la destitución de Kueider, incluyendo a senadores misioneros y del bloque PRO, quienes evalúan que votar en contra sería insostenible ante la opinión pública.
Estrategias fallidas y reproches en el oficialismo
Para contrarrestar la presión, el gobierno intentó introducir un proyecto para expulsar a todos los legisladores con causas abiertas por corrupción. Sin embargo, la medida fue percibida como un intento desesperado para proteger a Kueider y no generó consenso ni entre los propios aliados.
El bloque libertario enfrenta una tormenta política sin precedentes, con senadores que se sienten desamparados y consideran incluso ausentarse de la sesión para evitar tomar una postura pública. Mientras tanto, la oposición, liderada por Cristina Kirchner, aprovecha la crisis para presionar y reforzar su posición en la Cámara Alta.
El caso Kueider no solo amenaza con desestabilizar al bloque libertario, sino que expone tensiones internas en el oficialismo y pone en tela de juicio la capacidad de Milei para manejar conflictos políticos de alto impacto.